¿Qué podemos hacer contra la aporofobia?

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"Si ignoras el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de ellas" 

Karl Von Linné considerado como el padre de la taxonomía moderna recalcó en esta frase la importancia de darle nombre a aquello que vivimos y experimentamos como humanos.

Reconocer el concepto para deconstruir prejuicios.

El primer paso para dejar atrás esta patología es el hecho de poder nombrarla, desde el momento en que sabemos qué es, nos hacemos conscientes del problema que representa en una sociedad como la nuestra, llena de exclusión social, pobreza y desigualdad el hecho de que se señale a los pobres como culpables de su pobreza; atacamos la consecuencia pero no la causa. Este primer paso lo ha dado la filósofa española Adela Cortina desde 1996.

Reconocer que la pobreza no es una decisión sino el resultado de condiciones injustas

El segundo paso no solo es reconocer que el rechazo a las personas en condiciones de  pobreza deriva del miedo, porque esta nos hace ver que todos somos vulnerables, sino también darnos cuenta del proceso mental que anula la compasión y la empatía el cual es proporcionado por la ideología, según la cual: "el que es pobre es pobre porque quiere". Negando el hecho de que la pobreza es el resultado de unas condiciones estructurales injustas que brindan oportunidades distintas dependiendo de el nivel socioeconómico, y solo adjudicando esta condición a errores individuales o culpas personales. Esta creencia limita la búsqueda de soluciones estructurales que vayan al fondo de los problemas de exclusión social, económica, política y cultural que sufren grandes masas de población en situaciones de pobreza.

Servicios de atención a víctimas adaptados a la realidad de las personas sin hogar.

La atención que se ofrece a las víctimas debe estar adaptada y personalizada a las circunstancias sociales y personales de las personas sin hogar. Si se quiere ofrecer una atención integral a las víctimas, la atención jurídica, psicológica y social debe adaptarse a las características específicas de las personas sin hogar que han sufrido un delito de odio. Adaptar los servicios de atención a víctimas supone tener en cuenta el contexto de las personas sin hogar y tener presentes en la atención a las victimas las circunstancias socioeconómicas y también individuales y psicológicas que se derivan de la situación de sinhogarismo en general, y de manera específica, tras un delito de odio por aporofobia.

Mejora de capacitación y de los protocolos de atención de los servicios sociales, policiales y tercer sector en materia de aporofobia.

Es evidente que existe un gran margen de mejora en la atención que tanto los servicios sociales y policiales como las organizaciones del tercer sector ofrecemos a las víctimas de delitos de odio por aporofobia. Mejorar la capacitación de los y las profesionales en materia de aporofobia y delitos de odio debe ser objetivo de las instituciones públicas y del tercer sector que quieran ofrecer una respuesta adecuada, profesional y eficiente a esta realidad.

Campañas de sensibilización y denuncia dirigidas a la ciudadanía.

Romper la distancia moral existente entre la ciudadanía y el colectivo de las personas sin hogar es necesario para evitar comportamientos discriminatorios hacia las personas sin hogar y prevenir comportamientos delictivos. Un ciudadanía informada y comprometida y activa contra la injusticia y la pobreza empuja a las administraciones públicas a tomar medidas contra las causas, al tiempo que resulta ser el mejor muro de contención contra el odio y la prevención de delitos. La denuncia ciudadana de las discriminaciones que sufren las personas sin hogar es necesaria para erradicar los mitos acerca de estos delitos y visibilizar situaciones de injusticia que permanecen ocultas socialmente.

Es necesario apostar por el desarrollo de campañas de sensibilización, información y denuncia sobre la realidad de las personas sin hogar y los delitos de odio por aporofobia como estrategia contra el silencio y la invisibilidad de esta violencia.

Campañas de información y sensibilización para personas sin hogar.


La violencia contra las personas sin hogar es tan cotidiana que resulta difícil para las víctimas poder identificarla y nombrarla salvo cuando la violencia física que han sufrido es extrema. Las propias estrategias de supervivencia de las personas sin hogar les llevan a interiorizar y aceptar la violencia contra ellos como una norma de conducta.

Son necesarias campañas de información y sensibilización para personas sin hogar en materia de delitos de odio que faciliten la identificación de la aporofobia por parte de las víctimas y que informen sobre los recursos que las víctimas tienen a su disposición.


Referencias






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